La violencia

26 de septiembre de 2008


Las Sagradas Escrituras dicen que el mundo antediluviano, “estaba lleno de violencia y el corazón de los hombres, era de continuo solamente el mal”. Esto fue lo que trajo el juicio de Dios, el diluvio que vino sobre el mundo de malvados; dice que la tierra se corrompió delante de de Dios Génesis 6:5
Hoy estamos viviendo días muy parecidos a esos, y por lo tanto el mundo de hoy no podrá escapar de un juicio aún mayor que aquel, porque según Las Sagradas Escrituras, vendrá por fuego. ( 2 Pedro 3: 9-13 ) El mal comienza en el hogar, en el seno de la familia, allí se cocina lo que vendrá después. En un hogar donde no hay amor y disciplina para los hijos, estos terminarán siendo un problema para la sociedad, en primer lugar para los propios padres que no sabrán que hacer con sus hijos rebeldes. Lo primero que debe haber es el amor en las parejas y ese amor que va mucho más allá que un simple apasionamiento, el cual dura tan poco como la motivación que lo produjo.
Siempre ha sido así, que los hombres que golpeen a sus mujeres, en primer lugar son unos cobardes, que se aprovechan de su mayor fuerza, y segundo que no las aman de verdad. Su amor solo fue una atracción física, un interés material, o conveniencia personal, muy común hoy día cuando muchos matrimonios se fundamentan en intereses materiales. Los niños que vienen de hogares donde existe la violencia, terminan siendo violentos cuando son mayores y se casan. Esa fue la escuela que recibieron y así continuarán por generaciones. Mientras son niños todavía sufren por lo que pasa en el hogar, y mucho más cuando ese mal termina en separación de los padres. Estoy seguro que un 50% de los hogares argentinos viven en peleas o discusiones muy perjudiciales para sus hijos. Mucho de ellos han recibido castigos por querer defender a sus mamás, y finalmente se han ido de la casa para seguir padeciendo aún más. Estos niños que terminan en la calle, y abusados por los mayores, son los que al final se rebelan y pierden toda sensibilidad, roban y matan casi como un placer, o venganza por lo que ellos padecieron.
Jesucristo dijo: ¡ay del mundo por los escándalos! ¡ ay de aquel hombre por el cual vienen los escándalos! Mejor sería colgarle una piedra de molino al cuello y arrojarlo al mar, que escandalizar a los pequeños que creen en mí.
Los niños pequeños son permeables a todo lo que venga de afuera, así que como reciben lo malo, pueden recibir lo bueno, y este es el gran desafío para los maestros en todas las áreas de la vida. En una época se decía: Dame un niño antes de los cuatro años, y te daré el hombre del futuro. Esto es verdad, cuando más temprano se empieza, más seguros serán los resultados. Los comunistas, especialmente en China, se valieron de esta posibilidad, y separaban a los niños de los padres y les inculcaban los principios del sistema, para que quede en forma permanente en ellos.

La violencia solo se puede frenar con amor verdadero, ese amor que se da, y que primeramente es puro, pacífico, y lleno de justicia y de buenos frutos. Hace falta gente que esté dispuesta ha dejar sus comodidades y que salga a la calle a encontrar a la niñez desamparada, como ovejas que no tienen pastor. Esto fue lo que vio Jesús al ver las multitudes, Mateo 9: 35-38. Un niño puede tener todo lo que pueda desear, pero si no tiene un conocimiento claro de Dios, está en peligro de naufragar, no hay nada que garantice que ese niño no se convierta en algo indeseable para la sociedad. No hay fuerza en el hombre para detener el mal cuando avanza, todas las armas son nulas en esta guerra. Lo que San Pablo decía a los cristianos, es válida para todo el mundo. “No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes de maldad en las regiones celestes” ( Efesios 6: 12 ) A los cristianos él les decía: “Por tanto tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo estar firme. Estad pues firmes, ceñidos con la verdad, cubiertos con la justicia de Dios, dispuestos para anunciar el evangelio de paz. Sobre todo tomad el escudo de la fe, para que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Tomad el casco de la salvación y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello y súplica por todos los santos.” ( Efesios 6: 13-18 )

La ilustración que usa el apóstol aquí, es la de un soldado que se alista para la guerra, y eso es precisamente lo que acontece en la vida cristiana. Hay una lucha constante contra las fuerzas del mal que nos quiere derrotar. Si el cristiano es derrotado, ¿que esperanza queda para el resto del mundo? seguirá de mal en peor, y sin retorno, porque el mal avanza sin esfuerzo. No ocurre lo mismo con el bien, el cual debe ser forjado en la lucha y la propuesta del evangelio, la salvación de los hombres. Todos los cristianos sabemos por experiencia que Cristo es la solución para todos los problemas
que no tienen solución humana. Cuando todos los recursos se agotan, Dios tiene la respuesta. Pero la salvación que Dios ofrece, no es solamente para salir del paso en esta vida, sino para la vida venidera, para una eternidad
con Dios en Su gloria, para todo aquel que le cree a Dios y reconoce a
Jesucristo como su Señor y Salvador personal. ( Juan 5: 24 ; 14: 1-11 )
Si usted es un cristiano comprometido con Cristo, uno que se ha propuesto seguirlo sin mirar atrás y dispuesto para enfrentar la lucha que se presente, lo aliento desde aquí, para que no baje los brazos, hay mucho por hacer en la salvación del mundo. Mayormente en la niñez que no solo se salva un alma de la perdición eterna, sino que se salva una vida de todas las miserias que se presentan en el presente siglo malo. Usted puede ser muy optimista y creer que el mundo va a mejorar, pero por lo que Dios dice en su palabra, ira de mal en peor. ( 2 Timoteo capítulo 3, léase todo ese capítulo).


Si usted desea opinar o responder a estos conceptos, escríbame: vegasalvador1947@hotmail.com

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